La mujer china

El tratamiento que ha recibido la mujer china ha ido evolucionando con el paso del tiempo, igual que ha sucedido en la mayoría de países desarrollados. En la antigüedad, no obstante, la mujer china ocupaba un lugar bajo y a menudo se le asignaban los trabajos más despreciables y agotadores. En efecto, la sociedad de la China antigua era altamente machista, tal y como demuestran proverbios como el que se cita a continuación: «Escucha a tu esposa, pero nunca creas lo que dice».

Aunque la mujer china ha sido discriminada a nivel general, este machismo se ha visto especialmente marcado en las zonas rurales del país, donde se las consideraba y hacía sentir inferiores y, en resumen, sumisas. Es por esto por lo que tradicionalmente las familias chinas prefieren concebir a un niño antes que a una niña.

No fue hasta 1992 cuando salió a relucir una ley determinante para salvaguardar los derechos fundamentales de las mujeres, esto es, los derechos básicos de todo ser humano. A través de esta ley, también se empezó a encauzar la mentalidad machista hacia una visión más moderna e igualitaria de la mujer.

 

A día de hoy, aunque todavía existen algunos focos donde queda mucho por hacer, la mujer china del siglo XXI dista mucho de lo que podía verse en el siglo anterior. Hoy la mujer puede participar en sectores políticos, culturales, educativos y familiares, y cuenta con un respaldo en cuanto a sus derechos y libertades.